jueves, 28 de diciembre de 2023

Historia 4 "E"...(Séptima parte [1])

 

La sala de llegadas internacionales estaba con bastante tránsito, la gente iba y venía con equipaje o sin él. Las salas de los aeropuertos siempre me han parecido un caleidoscopio de caras, de miradas y de colores.

Nos dirigimos a la salida indicada y a los pocos minutos lo vi aparecer, me saludo a la distancia y mi corazón latió más aprisa, me emocionaba tenerlo de regreso, mis hijos lo saludaron efusivamente en cuanto llegó a nuestro lado, a mí me alcanzo con un abrazo largo, tierno,  lleno de amor seguido de un beso cálido.

Cuando llegamos a casa la cena estaba lista, L que nos ayuda en la casa además de ser una persona muy ordenada es una excelente cocinera, le habíamos encargado nos ayudara a preparar lo que a mi esposo le encantaba. Durante la comida nos contó los pormenores del viaje, a todos nos tenía absortos con las anécdotas y a mi sobre todos con los temas de su trabajo que le apasionaban y a mí me embelesaba escuchar lo que relataba con tanto entusiasmo, de las reuniones, conferencias y juntas de trabajo. Cuando nos dimos cuenta ya era de madrugada y mis hijos se despidieron para ir a dormir, tomamos la última copa de vino y nos dirigimos igualmente a nuestra habitación.

—Amor te extrañé como no tienes la más mínima idea —le dije mientras me desnudaba para ponerme la ropa de dormir.

—Quédate así —Me dijo cuando me había quitado la ropa y sólo tenía la tanga puesta. —que hermosa estás, ansiaba verte y tenerte así.

—¿Si mi amor, quieres cogerme? —me acerqué a la cama y bajé el pantalón de su pijama, me recosté a su lado recargándome en la cabecera de la cama y lo besé larga y apasionadamente mientras mi mano acariciaba su pene en toda su longitud. Realmente lo había extrañado muchísimo, lo amaba mas de lo que podía suponer. Jugando con su lengua fue un beso largo mientras mi mano continuaba frotando su  delicioso miembro

—¿Quieres ver mi vagina?

—¡Si, descúbrela y ábrela amor! —me retiré un poco de él y separé las piernas; me había depilado completamente, con los dedos separé un poco mis labios vaginales para que asomará la humedad que ya me empapaba.

—Ven amor pruébala, también te ha extrañado.

Se acerco y empezó a besar suavemente alrededor mientras me introducía un dedo, su lengua ya buscaba mi clítoris y en cuanto o encontró sacó el dedo y se dedico a lamerlo, se detuvo y la introdujo hasta donde alcanzaba, con su boca adherida a mi zona vaginal y succionado por varios minutos.

—Déjame sentirte piel con piel mi amor —me incorporé y lo monté, acostado él, — No lo metas sólo frótalo, así mi vida, se siente muy bien tu verga, mete la punta, sólo la cabeza por favor… ¡Ahh!!. se siente delicioso, métela y sácala, ahora métela un poco más, hasta la mitad mi cielo, ¡Sssi así!..¡Ah!.. ¡Ugh!.. hasta el fondo amor —La mete toda y yo me muevo prensándola con mi vulva y deslizándome sobre ella desde la punta hasta sus testículos. Un pensamiento me asalta, ¿estaré más abierta por las cogidas que me ha dado F con su enorme verga? ¿se dará cuenta?, mientras mi menta cavila y se acrecienta mi excitación con estás preguntas me vengo con un escandaloso bramido, se queda quieto sintiéndome unos instantes, me salgo de él y me pongo en cuatro.

— Amor quiero que me cojas como tu perrita, anda..!Auch!..que grande la tienes mi vida, quiero comérmela toda así y que me llenes con tu leche. —sus empellones son violetos y siento su vientre rebotar contra mis nalgas, súbitamente su mano empieza a azotar mi trasero.

 —¡Plaff!, así mi amor maltrátame soy completamente tuya —después de varios minutos empieza a pujar gravemente, indicio que va a eyacular; siento el primer chorro caliente y no puedo evitar evocar como F me atiborro de su esperma, pienso en él e imagino que es él quien me está embutiendo su semen.

¡Ahh…ahhh…ahhh!!! ¡Me vengo; me vengoooo!!!, ¡Más duro cabrón!!! ¡Aggg..siiiiii!!!

Se sale de mi y siento escurrir una gran cantidad de semen entre mis piernas, y caigo de bruces en la cama

—Ven amor, lámeme lo que me quedó escurriendo —me incorporo y recuesto a su costado mamándole el miembro que aún no se pone flácido, lamo y sorbo lo que aún le escurre.

Recargada en su regazo me quedó dormida, sintiendo cuanto lo amo.

Al segundo día de su llegada, recostados en la cama después de una sesión hermosa de sexo me suelta la pregunta, que yo ansiaba la hiciera para poder reunirnos con F como se lo había prometido:

—¿Y te ha llamado F, lo has visto?

—Claro que no lo he visto, si llamó para ver si nos veíamos para cenar, pero le dije que estabas de viaje y que quizás cuando regresaras lo platicaríamos, y no ha vuelto a hacerlo, ¿por quién me tomas?

—No te enojes amor sólo era una pregunta, ¿Y te gustaría que saliéramos a cenar con él?

—¿Quieres que me coja? —le dije aparentando molestia

—¿Tú quieres que lo haga?

—No lo sé, no lo había pensado, pero tú contéstame

—No estaría mal repetir lo de aquella vez, claro si tu estás de acuerdo, o si quieres podemos buscar otra persona —me dijo sonriendo

—Veo que tú eres el que se ha quedado con las ganas de repetir —cuando dijo otra persona recordé al chico que me atendió aquella vez que fui a cenar con F, y sonreí en mi interior, ya el hedonismo quería hacer presa de mis sentidos.

—Vamos a dormir amor, ya va a amanecer, y hemos tenido una noche estupenda, otro día hablamos de eso.

—Si vamos a dormir, pero hazme un favor, háblale mañana e invítalo a cenar cualquier día de esta semana, o si quieres dame su teléfono y yo lo contacto.

—¿Seguro quieres que lo haga?, yo le marco sólo quiero que estés completamente seguro que así lo quieres —le dije con mi corazón latiendo aceleradamente.

—Si hazlo mi amor —me dijo antes de quedarse completamente dormido

Al día siguiente y según lo acordado recibí el mensaje de F preguntado si había regresado mi esposo de viaje y que nos invitaba a cenar. J pasó por mi para ir a comer y ya en el auto le dije que F se nos había adelantado y le mostré el mensaje, jubiloso me dijo:

 —¿Cómo ves vamos este viernes?

—Si está bien, entonces le confirmo que el viernes y nos ponemos de acuerdo dónde nos vemos —ya cautiva de la excitación le conteste haciendo acopio de serenidad. En el restaurante y mientras comíamos le escribí a F y se lo volví a mostrar: “F mi esposo ya está de regreso y me sugiere que el viernes podríamos vernos, si te acomoda”. Casi acabábamos de comer cuando escuché el teléfono vibra en mi bolso, lo saqué y era la respuesta “E buenas tardes, me parece fabuloso, les parece que nos veamos en el lugar de la vez anterior a las 8 Pm. Se lo enseñé a J y estuvo de acuerdo enviándole enseguida la respuesta a F.

El viernes salí apresurada del hospital para llegar a casa y cambiarme, mi esposo pasaría por mí a las 7 pm. Mis hijos se encontraban en casa con unos amigos, saldrían a una reunión lo cual me alegró porque pensaba ponerme ropa muy sensual y no quería que me preguntaran el por qué. A los 20 minutos de que llegué se despidieron.

—No lleguen tarde y se cuidan

—Uds. tampoco Ma’ —me dijo mi hija dándome un beso de despedida.

Subí a mi recámara y me metí a dar un baño, el agua acariciando mi cuerpo, mientras pensaba en lo que pasaría más tarde, lograron que la pasión estuviera a flor de piel. Me puse medias con ligero, y una tanga color negro, un top sin sostén, una sucinta falda negra apenas unos centímetros por debajo de mis nalgas y una blusa blanca, me calcé unos zapatos cerrados de tacón mediano y me amarré el cabello en una cola de caballo. Me miré en el espejo y me gustó la sensualidad que reflejó, por último, escogí un lápiz labial de color rojo y quedé lista. Cuando mi esposo llegó lanzó una exclamación de admiración y me dijo —¡Estás preciosa y excitante con esa falda!, vámonos no hagamos esperar a nuestro amigo y agasajado.

Cuando llegamos a la cita F ya se encontraba ahí, vestía una camisa de color marrón y se veía muy guapo, enseguida pensé en su enorme pene escondido bajo el pantalón, si ya estaba excitada por el devenir de los acontecimientos estos pensamientos hicieron que mi libido subiera exponencialmente.

—¡Que hermosa E!!, ¡estás simplemente bellísima!! —saludó a mi esposo con un efusivo abrazo como si fueran amigos de toda la vida.

Cenamos entre pláticas y anécdotas varias, yo estaba sentada entre ambos y de vez en cuando F toqueteaba mi pierna que le quedaba de su lado. Después de haber terminado la cena y de algunos tragos preguntó tímidamente que, si queríamos ir a otro sitio, mi esposo sonrío malicioso y yo estaba en la espera que ellos decidieran si se hacia algo más. Le había dicho a F que en caso de que J aceptara estar los tres nuevamente no fuéramos al hotel habitual ya que el encargado ya nos conocía y podría darse una situación embarazosa.

—Si gustan podemos ir a mi casa tomar algo ahí.

—¿Seguro? —pregunté con incertidumbre, hasta donde sabía vivía con su hija pequeña y a veces su mamá

—Si ahora no hay nadie en casa.

—Pues si gustas vamos y allá seguimos charlando —secundo J de buen humor — ¿qué opinas amor?

¿Charlando? Pensé y sonreí para mis adentros —Por mi está bien, vamos.

Lo seguimos en nuestro auto y después de algunos minutos llegamos a su casa, pasamos a la sala de estar y nos acomodamos en los sillones, me senté a un lado de mi esposo y F frente a nosotros, no sirvió unos tragos y al cabo de unos breves minutos de plática J sugirió:

—¿Por qué no te desnudas para nosotros con un baile amor? —lo miré azorada, ambos tenían cara de expectación y yo con cara compungida les interrogué:

—¿En verdad eso desean?, de acuerdo, nunca lo he hecho, pero vamos a un dormitorio ¿sí?

F se levantó y nos guío a la planta alta, era una habitación espaciosa con una cama grande y un par de sillones, ellos se sentaron al pie de la cama expectantes, mi esposo puso una suave melodía de jazz en su teléfono y miró a manera de asentimiento. Empecé a moverme nerviosamente, dejé que la música me guiara y subía por intervalos mi falda, me inclinaba cadenciosamente frente a ellos mostrándoles las nalgas, principalmente a F lo cual parecía agradar y excitar a J, me acariciaba los senos por encima de la blusa. Quité la falda dejándola resbalar por mis piernas,  saqué la blusa con movimientos sensuales y retiré el top acariciando mis senos.

—Eres tan hermosa, anda ven aquí —dijo J

—Quiero besarte —le dije y empecé a besarlo apasionadamente, luego me dirigí a F y le di un beso largo y jugoso, me subí a la cama gateando y cuando llegué a la cabecera me recosté hacia atrás quedando mi cabeza entre ellos que estaban sentados al borde la cama.

—Tóquenme ¡Mmmm! —F empezó a besarme en la cara y boca mientras acariciaba mis senos, mi esposo separó mis piernas y me acarició sobre la tanga, después ambos se posesionaron sobre cada uno de mis senos y empezaron a chupar deliciosamente a la vez que acariciaban mis piernas. F empezó a lamer y chupar los dedos de mi mano, mientras J lamia mi vientre, los besos en la boca F eran exquisitos y excitantes, era un delirio de caricias. El primero en tocar y meter sus dedos en mi vagina fue F.

—¡Está muy mojada!

—Si amor, se siente muy bien —sin pensarlo le había dicho mi amor a F

Después mi esposo hizo lo mismo metiendo sus dedos en mi mientras F lamía mi bajo vientre y de ahí pasaba a mis senos. Metió uno de sus dedos en boca y se lo chupé con avidez, el primero en empezar a mamarme fue F, sólo hizo a un lado la tanga, mientras J me besaba nuevamente en la boca, así pasó un buen rato, se quitaron y abrí los ojos, ya tenía el par de sendas vergas a cada lado de mi cara, las tomé con mis manos y empecé a mamar la de J luego la de F con la cual me atragantaba por su tamaño y porque él la empuja hasta el fondo de mi boca, en un momento dado tenía los dedos de ambos al mismo tiempo dentro de mi vagina, entraban y salía con fuerza, y yo les jalaba la verga con la misma intensidad. Me llegó el primer orgasmo,

—¡Aggg! Siii, así, no paren ¡Ahhh!..¡Ayyy!..¡sigan, sigan!..¡Mmggu! —En cuanto me vine volví a la tarea de mamárselas, me deleitaba con ese par de vergas, sobre todo con la de F

—¿Alguno de Uds. quiere estar dentro de mí?..

martes, 12 de diciembre de 2023

Tú me gustas

 

Por lo que se ve:

Físicamente, que seas delgado, (aunque ahora, mucho), que seas alto... (mis tacones de 9 centímetros, junto a ti, nada, aunque ya me dijiste que me prefieres de zapatos de piso).
Me gusta tu nariz, grande y afilada. 
Me gustan tus manos...
Tu piel.
Me gusta como te ves de barba.
Me gusta tu inteligencia, tu análisis... Y que me retes.
Disfruto, aprendo y me engolosino con eso.


Por lo que pocas (¿o muchas?) han visto:

Me gusta que tengas muy poco vello y que recortes los que rodean al pene.
Que siempre hueles bien... y no me estoy refiriendo a TU OLOR, porque ese está en todo tu cuerpo... ¡Y me fascina!
"Ahí", hueles bien.
Me gustan tus gestos en la intimidad... A veces, como si trajeras un caramelo que paseas entre una mejilla y otra... Algunas otras, entrecierras los ojos y como si no estuvieras, pero bien que estás... ¡Tú, muy bien!!
Ya casi no, por cierto, pero cuando juntas una de tus manos, con una de las mías, brazos estirados... "Haciendo estrellas después del amor", pensaba yo cuando pasaba...
Me gusta como abres mis piernas, desde la parte interna de mis muslos y te acomodas en medio de ellas.
¡¡Como tensas tus músculos, en el preciso momento del orgasmo!!
Y tu respiración fuerte, tus ojos cerrados... y cada una de las perlitas de sudor en tu rostro. ¡Ah!, ¿qué tal la humedad de tu espalda, tu pecho, tus nalgas, tus piernas?


Por lo que es:

ERES

Ayer, a mí me gustó la imagen, cuando te dije lo de que me gusta tu vida: "como personaje de Frederick Nietzsche", si tal cosa existiera.
Tienes la mejor memoria selectiva que he conocido (y disfruto) en la vida.
Tienes mucha pasión en las venas.
...Aunque te contienes, creo yo... Como que te impone ser vulnerable, (esa plática está pendiente desde hace aaañooos, por cierto) ... Eres capaz de ser el más tierno un día y absolutamente indiferente al otro... Inconstante.
Como me abrazas, como te dejas abrazar, tus "piquitos"... tus besos.
Verte dormido.

Historia 4 "E"...(Séptima parte [1])

  L a sala de llegadas internacionales estaba con bastante tránsito, la gente iba y venía con equipaje o sin él. Las salas de los aeropuer...